El actual duque consorte de Mallorca dejará de serlo. Por corrupto [véase el fregado que descubrió Hacienda]. La Casa Real está ahora mismo dándole vueltas al asunto para ver cómo pueden librarse del balonmanista sin tener que prescindir de la Infanta Cristina. Y no se descarta un «divorcio de estado» para salvar a la Corona. La otra opción es que el laureado deportista renuncie «voluntariamente» a su título.
El Sibilo lo soñó y se reafirma en su vaticinio. Y se atrevió a apostillar: «Y si se pone chulito, hasta puede perder sus medallas deportivas».
De todas maneras, con su polifacética experiencia emprendedora, bien podría montar una nueva ONG (esta vez sin ánimo de lucro en vez de «sinónimo de lucro») dedicada a apadrinar a antiguos nobles arrepentidos. El eslógan podría ser: «Apadrina a un ex-duquito».
Por otro lado, la Wikipedia estudia la posibilidad de añadir el retrato de Urdangarían a la definición de la voz «sinvergüenza».
Fundamentación del vaticinio: Urdanga en euskera es «Prostituta».
Ya que la concienciacronica no dice ni mú, El Sibilo se ha mojado.